viernes, 21 de diciembre de 2018

La Villa de las Telas.- Las hijas de la Villa de la Telas


JACOBS, Anne
La Villa de las Telas
Plaza & Janés Editores, Barcelona, 624 pp
ISBN: 9788401020520

Una mansión.
Una poderosa familia.
Un oscuro secreto.

El destino de una familia en tiempos convulsos y un amor que todo lo vence.

Augsburgo, 1913. La joven Marie entra a trabajar en la cocina de la impresionante villa de los Melzer, una rica familia dedicada a la industria textil. Mientras Marie, una pobre chica proveniente de un orfanato, lucha por abrirse paso entre los criados, los Melzer esperan con ansia el comienzo de la nueva temporada invernal de baile, momento en el que se presentará en sociedad la bella Katharina. Solo Paul, el heredero, permanece ajeno al bullicio, pues prefiere su vida de estudiante en Múnich. Hasta que conoce a Marie...


JACOBS, Anne
Las hijas de la Villa de las Telas
Plaza & Janés Editores, Barcelona, 624 pp
ISBN: 9788401021688

Una poderosa familia.
Una guerra terrible.
Una mansión que esconde más de un secreto...

El destino de una familia en tiempos convulsos y un amor que todo lo vence.

Augsburgo, 1916. La mansión de la familia Melzer pasa a ser, por necesidad, un hospital militar. Las hijas de la casa, ayudadas por el servicio, se convierten en enfermeras que curan, cuidan y escuchan a los heridos en combate.

Entretanto, Marie, la joven esposa de Paul Melzer, se hace cargo de la fábrica de telas en ausencia de su marido. Sin embargo, recibe una terrible noticia: su cuñado ha caído en el frente y Paul es ahora un prisionero de guerra.

Marie se niega a que las circunstancias la venzan y lucha con todas sus fuerzas por preservar el patrimonio familiar. Pero, mientras no pierde la esperanza de volver a ver a Paul con vida y se deja la piel en la fábrica, el elegante Ernst von Klippstein aparece en la puerta de la mansión, empeñado en no perder de vista a la joven y bella mujer que tiene entre sus capaces manos el destino de la familia Melzer.


Cuando a principios de año se publicó La Villa de las Telas, lo anoté en la parte alta de mi lista de pendientes.

Una novela que me llamó la atención con esa sugerente portada y sobre todo por la época y el escenario en que se desarrollaba la trama.

Desgraciadamente el tiempo es finito y los libros que deseo leer casi infinitos y esa fue la razón de que la lectura fue quedando relegada en favor de otros autores, otras novelas y otras temáticas.

Sin embrago, cuando en el mes de Noviembre me encontré con una portada similar y un titulo más que parecido ya no quise postergarlo más y decidí leer ambas novelas y por esta lectura de ambas he decidido también dar en un solo post mi opinión sobre las dos.

Marie bajo tres escalones que conducían a un  pasillo estrecho. Era raro. Aunque aquella mansión de ladrillo rojo tenía numerosas ventanas, tanto altas como bajas, en el ala del servicio todo estaba a oscuras y apenas veía donde ponía los pies. Pero quizá fuese porque aun estaba deslumbrada por la luz del sol de la mañana.

En la Villa de las telas se recrea la autora en los paisajes cotidianos, en los escenarios de esta familia de industriales, en su día a día, en su presente y su pasado, construyendo una novela costumbrista llena de luz y fiestas en el salón rojo y de miserias y envidias en la cocina donde se reúne el servicio.

Es esta una novela que requiere una lectura pausada, pues en ella se sientan las bases de la historia y, lo que es aun más importante de cara a una saga, se presentan los personajes, que no son pocos, para ponernos en situación.

En esta novela la autora nos enfrenta a dos mundos, dos mundos que conviven pero no se mezclan, como el agua y el aceite. 

Dos mundos que nos enfrentan a la vida de la alta sociedad de principios del siglo veinte: el servicio, tan jerarquizado como la propia sociedad trabajando en el sótano de sol a sol, siendo leales a “la casa” hasta el final de sus días. En las buhardillas, aprovechando el escaso descanso. Y en las plantas intermedias la vida de una familia afortunada por partida doble, mitad nobleza, mitad industria, una vida regalada para esas mujeres, porque esta novela retrata sobre todo a las mujeres,  que se mueven entre manjares, sedas y caprichos.

Y en estos dos mundos observamos la vida de estas mujeres; de Marie, su protagonista absoluta; una mujer que no ha tenido una vida fácil, pero que no se deja arrendar por los avatares de la vida y que, de ninguna de las maneras, se deja arrebatar la dignidad.
Es una mujer inteligente, fuerte y decidida, una mujer con ambiciones, pero absolutamente consciente del tiempo y el lugar en el que le ha tocado vivir y de las cartas con las que tiene que jugar. Una mujer consciente de quien es y de cual es su sitio, pero con una ductilidad absoluta para pasar de uno a otro estrato social, cuando es necesario, y a pesar de sus propias reticencias por romper las convenciones sociales.

Ahí estaba: Marie Hofgartner. Dieciocho años. Huérfana. Posiblemente hija ilegitima, criada hasta los dos años por su madre y, tras la muerte de esta, acogida en el orfanato de las Siete Mártires. A los trece años entró como criada en una casa de la ciudad baja de Augsburgo de la que se escapo a las cuatro semanas. Otros dos intentos como criada fallida. Había trabajado para una costurera durante un año y luego, otro medio año, en la fábrica de Paños Steyermann. Había sufrido una hemorragia hacía tres semanas.

De las hermanas Melzer, dos mujeres opuestas, una luchando por escapar de la realidad encorsetada de las “niñas bien” de principio de siglo y la otra luchando por permanecer en ese lugar que entiende debe ocupar para llegar a ser lo que cree que debe ser: una mujer completa, esposa abnegada y madre amorosa.

Son dos personajes que representan la cara y la cruz, la noche y el día. Elisabeth juiciosa, autocontrolada e introvertida. Katharina  irreflexiva, pasional, extrovertida…. Una mujer que pone sus sentimientos y deseos por encima de lo que se considera sagrado en la época, el honor, la familia…. las convenciones sociales de las que solo desea escapar y que le permite a la autora explorar y mostrarnos el Paris bohemio tan diferente en su forma de vivir al rígido Augsburgo.

A la señorita Katharina le aburrían mucho las charlas en las que se hablaba de moda, de hombres y de otras señoritas. Ella prefería conversar sobre la vida y el arte. Marie creía que las ideas desacostumbradas de la señorita hacían de ella una incomprendida.

Y junto a estas tres mujeres encontramos todo un elenco de magníficos secundarios que la autora forja con igual maestría. Alicia, Johan y Paul Melzer, Alfons Brauer, el Teniente Von Hagemann, Dupcham, la señorita Schmalzler, Maria Jordan, Robert, Auguste, Hanna…


-¡Morir por la patria es un honor! […]
-Mi querido Cristian, estoy seguir de que todas las personas sentadas a esta mesa defienden nuestra patria. Pero, teniendo en cuenta el desarrollo de esta guerra, no puedo darte la razón. Lo que sucede en los campos de batalla y las trincheras no tiene nada que ver, nada en absoluto, con el honor o con una muerte heroica.

En la segunda parte, Las hijas de la Villa de las Telas, esta novela se convierte en una crónica de la
guerra y de los efectos que tiene en todas las capas de la sociedad, las fiestas desparecen y el ambiente invernal se vuelve gris, desaparecen las fiestas y las luces, desparecen la opulencia y los ricos tejidos y quedan solo los efectos devastadores de una contienda que los alemanes pensaron iba a ser un camino de rosas y que se alarga dejando los escenarios despoblados de jóvenes que saquen adelante las fabricas y los negocios.

En tiempos de paz, jamás habrían imaginado que el hambre llegaría no solo a los barrios pobres, sino también a las casas de la gente acomodada. El otoño había sido muy húmedo y las patatas se pudrían en los campos, la mitad de la cosecha anual se había echado a perder, precisamente en estos tiempos. En vez de patatas se repartían nabos, que era lo que antes comía el ganado y ahora se había convertido en el último recurso para los hambrientos. […]. A los que mejor les iba era a los campesinos.

Esta parte permite a la autora ahondar en la psicología de los personajes y en sus reacciones ante una de las situaciones más adversas que se pueden vivir.
Avanzamos en la lectura a la par que evolucionan los personajes, somos capaces de descubrir detalles de la personalidad de alguno de ellos que habría sido impensable por su papel en la villa de las telas. En este punto he de destacar el personaje de Elisabeth Melzer, que si despertó en mi cierta animadversión en la Villa de las telas consigue redimirse con mayúsculas en esta segunda entrega haciéndome sentir pena por ella, empatía e incluso cierto grado de admiración.

Es de destacar la versatilidad de la autora a la hora de aunar en una sola la novela costumbrista y la novela bélica en el más amplio sentido de la palabra, no sólo contando lo que pasa en las trincheras, lo que ocurre en el campo de batalla, sino ahondando en los efectos de una guerra, como todas absurda, en la población civil. No sólo en la clase baja, sino también  en las clases altas donde en tiempos de guerra el dinero no vale nada.

En esta novela recibimos una extensa lección de historia de ese episodio aparentemente tan lejano que fue la Primera Guerra Mundial, la Gran Guerra, la primera guerra de trincheras. 
Las batallas, las deserciones, la vida en las trincheras, el intercambio de prisioneros, los hospitales en que reconvirtieron muchas de las casas principales y en el papel de enfermeras que muchas damas, sin ningún tipo de formación tuvieron que enfrentar y, sobre todo, las secuelas que la guerra deja en aquellos que la viven en primera línea.

Sin embargo, seguía teniendo esos extraños “ataques”, una especie de alucinaciones que lo asaltaban en cualquier momento del día y de la noche. Luego empezaba a temblarle todo el cuerpo, se quedaba hecho un ovillo y se escondía.


Estoy deseando tener ya entre las manos El legado de la villa de las telas, para poder conocer el devenir de estos personajes con los que me he encariñado a pesar de sus errores o tal vez debido a  estos errores que los hace tremendamente creíbles, sólidos y coherentes. Personajes buenos, malos y malísimos y personajes intermedios, cuyos prototipos, salvando las distancias de espacio y tiempo podemos encontrar en nuestro día a día.

Estoy deseando volver a encontrar esa radiografía social y descarnada que presenta la autora, entristecerme con la vida de los niños en esos horribles orfanatos, indignarme por el papel al que la mujer quedaba relegada en una sociedad totalmente patriarcal.

Y estoy deseando, sobretodo, volver a disfrutar de la prosa limpia, de una magnifica historia y de una saga familiar de la que se que me costará despedirme. 

Mientras nazcan y crezcan niños, el mundo no estará del todo desquiciado, ¿verdad?.

miércoles, 19 de diciembre de 2018

Una bruja sin escoba.- Historia de una bruja contemporánea I


CORRALES, Antonia (2018)
Una bruja sin escoba
Historia de una bruja contemporánea
Amazon Publishing, Luxembourg, Ed. Digital
ISBN: 9781477819760

Una bruja sin escoba, primera parte de la trilogía Historia de una bruja contemporánea.
Desde tiempos inmemoriales, las brujas han sido perseguidas, a ellas se les ha atribuido la mayoría de las desgracias que les ocurrían a sus conciudadanos; pero ¿y si no fuera así? ¿Y si las brujas no son como nos han contado?
Diana vive en Madrid, una ciudad ruidosa y sin alma, una ciudad hostil, donde su condición de bruja no tiene cabida. De pronto, se ve envuelta en una trama de misterio que la llevará a indagar en sus orígenes y la obligará a volver a aceptarse a sí misma como bruja, algo a lo que había renunciado desde su más tierna infancia.

Una bruja sin escoba es una historia llena de valores humanos y de realidad mágica en la que se nos muestra el verdadero sentido de la vida, una novela que rompe el mito de las brujas encadenadas a pócimas, aquelarres y artes oscuras.

Te atrapará, te enamorará y, tal vez, al leerla pensarás: yo también soy una de ellas. Siempre lo he sido y siempre lo seré.


Mis rasgos físicos, tan diferentes a los de los otros niños del orfanato, unidos a mi mudez, fueron determinantes para que mi adopción no llegara a realizarse. También fueron la causa del aislamiento constante al que me sometieron los demás huérfanos con los que compartía mi vida en aquel hospicio gris y dejado de la mano de Dios. Fue entonces, a aquella edad tan temprana y frágil, cuando comprendí que ser diferente de los demás era peligroso, pero también supe que solo las personas diferentes poseen un don, aunque ese don podía destrozarme la vida. Y la bruja que habitaba en mí se apagó entre aquellas paredes frías y solitarias como lo hizo la protagonista del cuento de La cerillera cuando la llama del último fósforo se extinguió entre sus manos.

Desde que hace años conocí su literatura  través de  “Epitafio de un asesino”,  las historias de Antonia siempre se han caracterizado por estar plagadas de elementos mágicos. Estos elementos presentes  siempre, en mayor o menor medida y su prosa limpia y cuidada son señas de identidad de la obra literaria de la autora.

Si, como os digo, en todas las novelas hay elementos de magia, en la novela que nos ocupa “Una bruja sin escoba” la magia se convierte no solo en un elemento central, sino casi en un personaje más.
Fantasía y realidad se confunden hasta no saber qué parte es la que Diana vive entre nosotros.

Al decirlo, recordaba su rostro, su voz y sus manos acariciándome cuando ya había anochecido. Aparecía a los pies de mi cama, cuando todos dormían y justo en el momento en que la constelación de Orión brillaba en el cielo con más intensidad. Ella me enseñó el nombre de los planetas que componían el sistema solar, así como el de las constelaciones y su situación. Tenía predilección por la Luna. Afirmaba que era un satélite artificial y me contaba historias llenas de magia sobre ella. Decía que su interior estaba lleno de energía protectora, que aquel era el único fin del satélite, protegernos, y que a él iban las brujas buenas cada cien años

Pero el hecho de que esta sea una historia que podría enmarcarse en el género fantástico  no significa que no tenga detrás un gran trabajo de documentación.

Diana intentando buscar los orígenes de su historia familiar y de dos objetos que la acompañaron desde su mas tierna infancia, introduce referencias referencia a hechos, datos y documentos sobre los que se han escrito ríos de tinta, las brujas y de la persecución a que han sido sometidas a través de los tiempos, la biblia de las brujas, la primera de ellas…

Desde que le enseñaste el cajón, soñó con encontrar algo en esos símbolos que te sirviera para hallar tus orígenes, algún rastro de tu historia.

La protagonista indaga en el pasado que determina su presente, pero  está anclada en la época actual, en un día a día “normal”, en un trabajo que, como a la mayoría de los mortales, no le llena, imbuida en una relación que  ha caído irremediablemente en la rutina, es una mujer de su tiempo, un tiempo que Antonia relata con maestría. Pero  esta realidad se ve, de pronto alterada por una serie de situaciones inexplicables desde esa realidad y acompañada por unos personajes que dan la réplica perfecta a las situaciones vividas por la protagonista.

Los dos nos fuimos yendo, nos alejamos el uno del otro al mismo tiempo y tomando las mismas distancias, aunque por motivos diferentes. Él se marchó de la mano de mis ausencias, arrinconado por el tiempo que yo dedicaba a investigar sobre los pictos y mis orígenes. Lo hizo sin hacer ruido y sin oponer resistencia. Me dejó ir y yo hice lo mismo con él. Tarde o temprano aquello, nuestra ruptura, tenía que suceder. Nuestra separación estaba escrita. El tiempo y el destino habían vuelto a jugar sus mejores cartas. Era inevitable, pero yo no lo sabía, no lo supe hasta mucho tiempo después.

Y es que, como ya nos adelanta el titulo, nos encontramos ante la historia de una bruja contemporánea, ante una trilogía que “Una bruja sin escoba” comienza, pero obviamente no termina, dejándonos, ese es el fin de las trilogías, con ganas de saber cómo continua esta aventura de Diana que tiene que convivir en su día a día con situaciones “anormales”, con personajes  anormales y con objetos inusuales es un escenario real, en las calles, en ese ático, en la línea 6 del metro, elemento vital en toda esta trama…

Esta, como todas las historias de Antonia es una narración intima e intimista, en la que lo importante no son los personajes sino lo que viven y como lo viven y sobre todo, lo que sienten, sentimientos, que, como en todas sus novelas, la autora describe con tal maestría que traspasan las paginas y te hace vivir con Diana la alegría y la tristeza, la estupefacción, la sorpresa, la incredulidad, el amor y la soledad…

Una bruja sin escoba es el inicio de una gran historia de la que aún queda mucho por descubrir, una historia en la que disfrutar de una prosa limpia y cuidada, una historia perfecta para evadirse de la rutina diaria y para deleitarse, en fin con la buena literatura.

Esta primera parte nos presenta ese tipo de personajes que se quedan en la memoria y en el corazón y que, en breve, seguirán proporcionándonos muchos más momentos mágicos.

Mi futuro aún no estaba escrito, pensé recordando todo lo que me había sucedido ese verano y todo lo que aún quedaba por pasar.

lunes, 10 de diciembre de 2018

El intercambio


ALEU, Fernando (2018)
El Intercambio
Roca Editorial, Barcelona, 416 pp
ISBN: 978-84-17541-19-4

En mitad de la Segunda Guerra Mundial, los Aliados y Alemania acordaron llevar a cabo un intercambio de soldados prisioneros de Guerra al final de la cruenta campaña militar del Norte de África, En el puerto de Barcelona, que fue el lugar aceptado por ambas partes para el intercambio, cuatro mil soldados, la mitad de cada bando, fueron intercambiados en el muelle de España, el 27 de octubre de 1943, en una operación que supuso la intervención de dos buques de cada bando.

Uno de los prisioneros es un judío alemán de 24 años que, en caso de haber sido devuelto a Alemania, corría el riesgo de ser enviado a un campo de concentración. Un grupo de personas unidas por las circunstancias participó en un complot para rescatar de forma muy atrevida a aquel soldado judío, un joven muy guapo y también un gran atleta capaz de cautivar por igual a mujeres y a hombres.



El Tratado de Versalles no fue un tratado de paz, sino un  acuerdo para poner fin a las hostilidades, y dejó a Alemania condenada a la miseria por muchos años. No se puede reducir a un país tan poderoso a vivir miserablemente durante decenios. Ni se le puede someter a una indignidad así sin que eso tenga consecuencias muy serias.


Si conocer a Fernando Aleu fue toda una experiencia, leerle ha sido una aventura aún mayor.

A lo largo de toda la novela he escuchado su voz pausada contándome esta historia que está llena de intrigas y aventura, pero que está sobretodo llena de vida, de compromiso, de ideales, de riesgos y de amor, o tal vez, simplemente de riesgos asumidos por amor, un amor que cada uno de los personajes, como cada uno de nosotros, entiende a su manera, porque el amor no puede encerrarse en una verdad universal.

Con esta historia el autor nos pone frente a una verdad incómoda, unos hechos que sucedieron para vergüenza de la humanidad que conocemos. Una vergüenza provocada en unos casos por acción  y en muchísimos otros, más de lo que nos gustaría reconocer, por omisión.

Desde la platea de un circo viendo volar a “los cóndores” o mirando al mar desde la cubierta del transatlántico más rápido de su época, el autor nos pasea por los conflictos de la época, por los que están sucediendo y por los que están por llegar.

El autor nos lleva de la mano por los locales que frecuenta la alta sociedad americana que vive de espaldas al conflicto hasta que no tiene más remedio que mirarle cara a cara, nos muestra los engranajes de la diplomacia en tiempos convulsos, nos pasea por el paisaje y desolado de la Barcelona neutral que intenta recuperarse de una guerra fraticida,  nos sumerge en los entresijos de la Gestapo y la Abwehr y nos muestra con crudeza el miedo de los judíos amenazados dentro y fuera de las fronteras alemanas.

Y por todos estos escenarios se mueve la protagonista de esta novela como pez en el agua.

Rosy es un  personaje de los que dejan huella. Una mujer fuerte, sin escrúpulos; una mujer arrebatadora dispuesta a todo por conseguir sus objetivos, por mantenerse en lo más alto.
Una mujer a quien no le duelen prendas en el uso de los demás para su propio beneficio; una mujer que puede ser un ángel o el mismísimo demonio.
Una mujer consciente de su poder y de su fuerza y también, a veces, de sus debilidades.

¿Qué extrañas cualidades hacían que Rosy provocara sentimientos siempre intensos, y a menudo contradictorios? ¿Por qué lograba que la gente la adorase y la detestara?. La opinión y los sentimientos que Werner tuvo hacia ella fueron muy cambiantes. La detestó […], la adoró […] y volvió a admirarla.

Junto a ella, comparte protagonismo Max Liniger, un judío cuyo apellido no germano, cuyo cuerpo atlético cincelado en horas de acrobacia circense, cuyo aspecto de Adonis, prototipo del alemán puro y sobretodo cuya simpatía con las ideas imperantes en la Alemania del Tercer Reich,  le convierten en el arquetipo por excelencia de la raza aria.

Los pómulos muy redondos y marcados eran los de su padre. Incluso le pareció distinguir, cuando el trapecista dirigió su mirada hacia el público, que los focos iluminaban en su rostro unos ojos casi incoloros, ni pardos, ni azules, ni verdes. […] Max tenía el pelo rubio, como el de Greta.

Como tercer vértice de este triangulo equilátero, Werner Applefeld, judío de origen pero americano de hecho y sobretodo de corazón. Un prestigioso neurólogo en el que es posible descubrir muchas de las ideas de propio autor.
Un hombre receloso de las ideas imperantes en Alemania, un  hombre alejado desde hace años de la escasa familia a la que le debe ese presente del que disfruta, un hombre dedicado en cuerpo y alma a su profesión, sin tiempo para el amor, un hombre cuya coraza comienza a resquebrajarse en un viaje en transatlántico donde se acerca a la vivencia del amor. En la visita a un país del que, a pesar de no sentir como suyo comienza a sentir nostalgia. En el abrazo a una familia con la que solo ha existido la comunicación por vía epistolar.

Aunque no había previsto hacerlo, Werner quiso echar una ojeada a la ciudad de su infancia con su visión de adulto. “Soy un nostálgico”, pensó. Y se dio permiso para serlo.

Y acompañando a este trío ganador aparecen una larga serie de secundarios de lujo que, en mayor o menor medida, serán vitales para el desarrollo de la trama y de la propia evolución de los personajes centrales:

Thelma, la fiel secretaria de Werner, el necesario timón profesional y personal, a menudo, la voz de la conciencia o de la realidad, según se mire.

Oscar Prat, compañero de travesía de Werner, que vuelve a España para estar al lado de su cuñada, viuda de guerra, después de haber ejercido como médico en Alemania.
Un  compañero de viaje que se convertirá en amigo y aliado de Werner y que nos sorprenderá ingresando en una organización, de cuyos inicios y funcionamiento nos hará participes y, que será determinante para conseguir el objetivo de su amigo.

Giselle, una elegante viajera, que hará tambalear los cimientos sentimentales de nuestro doctor.

Joshua, el mejor amigo de Max. Judío, homosexual y “respondón”; el candidato perfecto a la represión del gobierno alemán. Un hombre que, a pesar del miedo, se niega a vivir en  la sombra, se niega a vivir dejando de ser quien es.

Von Tech añadió que la práctica del atletismo garantizará la clara superioridad de la raza alemana, y justo cuando decía eso, Joshua miró a Von Tech y soltó un eructo. […]. Von Tech, por fortuna, prefirió ignorar aquella muestra de mal gusto y puso a Max, con su virilidad y potencia como atleta, como encarnación  de los valores que el Tercer Reich quiere inculcar a los jóvenes. Lo peor es que se volvió hacia Joshua […] para especificar que esos valores no pueden ser apreciados por algunos, en razón de su inferioridad biológica. Y entonces, para complicar todavía más las cosas, Joshua se puso en pie, apartó las sillas ruidosamente y, sin despedirse de nadie, salió cerrando la puerta violentamente.

Herbert Von Tech, ayudante de campo del mariscal Romel y ex alto mando de la Gestapo que encarna la doble moral imperante en la sociedad alemana de la época.

Greta, la madre que sufre de lejos viendo como su hijo se transforma en quien no debe ser, comulgando con ideas que han determinado su pasado y su presente y que podrían determinar su futuro.

Las madres tienen un sexto sentido cuando se trata del bienestar de sus hijos. Esto es algo que comparten muchas especies. Greta reacciona igual que una madre osa. Ha tenido la premonición indudable de que podría ocurrirte algo grave. Las madres lo saben: si no actúan, corren el riesgo de que padezcan los seres que son sangre de su sangre.

Y junto a ellos, jóvenes con ganas de beberse la vida a grandes tragos, camareros que se convierten en  espías sin saberlo y tantos otros que no puedo mencionar a riesgo de que esta opinión se convierta en una novela más. 

Lo cierto es que en esta primera novela, Fernando, construye una magnifica historia, una historia redonda. Una historia en la que toma como centro el intercambio de prisioneros, pero que a mí me parece solo la anécdota alrededor de la que forja una historia que va mas allá del amor, que habla de la lealtad y  la solidaridad de personajes que poco tienen que ver cuando no son, radicalmente opuestos, pero que se unen para conseguir un objetivo común.

Una novela en la que prima el amor y los sacrificios que somos capaces de realizar por ese amor  por el que estamos dispuestos a perder incluso lo más preciado.

“Cuando la vida no tiene sentido, que es casi siempre, lo mejor que uno puede hacer es reír”.

viernes, 7 de diciembre de 2018

El último romántico.- Carolina Molina

El pasado jueves 29 de Noviembre en la Librería Lé de Madrid, asistimos a la presentación de “El último romántico”, última novela de Carolina Molina, una edición con una portada que, resalta  la autora, invita a cogerla y hojearla.

La presentación, que se planteó como una charla en la que la autora estuvo acompañada por Miguel Sánchez, uno de los editores de la editorial, tuvo un gran sabor andaluz.

Se habló del proceso de creación de la historia, que Carolina fijó allá por el año 2012 en la que escribió las primeras líneas de la historia en un hotel de Granada. Los tres años que a la autora le lleva de media la escritura de una obra, en esta ocasión se ha alargado debido a las idas y venidas propias de otros compromisos y al hecho de que, como enfatiza la autora, en esta novela, ultima de la saga, ha tomado un gran cariño a su protagonista.

Y de protagonistas y personajes se habló largo y tendido.

De Max, ese  defensor de los monumentos Granadinos y que es el hilo argumental de esta novela y de las anteriores.

Maxim Cid, Max para los amigos, quiere en esta novela defender esa Granada romántica con la
palabra y, si llega el caso, con los puños. El espíritu de modernidad del siglo XIX, que acabó con el rio de Granada para conseguir calles amplias y una ciudad moderna, lo que supuso destruir mucho del patrimonio existente, haciendo desaparecer puertas árabes, lienzos de murallas, iglesias cristianas, casas moriscas y palacios, obliga a Max a posicionarse a favor de su ciudad.

Y junto a Max, Carolina perfila personajes históricos reales, personajes de ficción y personajes reales de su entorno cercano a los que incluye en la novela, en situaciones reales que ha vivido con ellos o en papeles y situaciones que en muchos casos les ha dado a elegir, por lo que ellos han sido, también participes activos en algunos detalles de  la trama de esta novela.
Dentro de estos personajes Carolina se refiere con especial cariño a su hijo Rodrigo, muchas de cuyas vivencias y características personales plasma Carolina en el Lolo de la novela.

Y se habló, sobretodo de Granada, esa ciudad donde la autora siempre ha sido tan bien recibida, una ciudad que Carolina ha observado y escuchado, con cariño, pero con la ventaja de no ser de allí, de verla desde fuera y de beber de lo que la ciudad le cuenta, de lo que la gente le cuenta. Una ciudad que, como todas las ciudades, tan importantes para las novelas históricas, hay que conocer con los cinco sentidos.

Y en este sentido, Miguel indica que Granada es mucho más que la Alhambra y Lorca, es la luz, es el agua, es las religiones (no solo la árabe y la cristina, pues también la judía fue muy importante aunque sus vestigios hayan desparecido) y los rincones.

Incide el editor en que Granada es un capricho de la naturaleza, en la que se han dado hechos históricos importantes y de la que tanto los reyes nazaríes, como los reyes católicos se enamoraron.

Destaca de esta novela su  gran rigor histórico y el profundo conocimiento de la realidad de Granada que demuestra la autora, así como el gran conocimiento que Carolina muestra de la psicología masculina y femenina y la forma en la  que entiende el conflicto humano.

Y desde este conocimiento de la ciudad y de su historia, nos expuso la autora algunos de los más destacados hechos históricos que se narran en la novela (más los ocurridos en Granada que de Madrid) y que aun siendo locales repercuten no solo en Granada sino en toda la nación:

-El tercer incendio cruento que sufre la Alhambra, el 15 de Septiembre de 1890, lo que nos pone en
antecedentes de lo que defiende Max; que si no cuidamos los monumentos los podemos perder.
-Coronación de José de Zorrilla como poeta nacional. Este Acto era muy importante para Granada, que se sentía debido a una especie de mala suerte histórica, asolada por terremotos, incendios y mala gestión de sus gobernantes, como la hija pobre de las provincias andaluzas.
Necesitaba, en aquel momento hacer algo que le diera proyección nacional y esto fue lo que se les ocurrió; eligiendo a José de Zorrilla, no solo por su importancia como escritor de la época, sino porque aun siendo de Valladolid, como buen romántico de la época, era un enamorado de Granada, ciudad más veces nombrada en sus obras.
-Inauguración del monumento a la reina Isabel la católica para conmemorar el cercano cuarto centenario del descubrimiento de América, acto al que la Reina Regente María Cristina había prometido asistir con el joven Alfonso XIII. “Este monumento, costeado por el Estado, fue el único logro importante que se consiguió para Granada durante los fastos del Centenario, pues poco a poco todos los actos se fueron desplazando hacia Andalucía occidental y ni tan siquiera la venida de los reyes se produjo para la inauguración.”

Y se habló de esa portada en la que se nos oculta la cara de Max, una decisión nada arbitraria,  a pesar de que cada capítulo está dedicado a un personaje y cada personaje tiene su propia descripción, la autora no quería que apareciera la cara de Max, para que cada uno podamos imaginarlo como queramos; de ahí las golondrinas ante la cara de Max, que para ella son los pájaros de la Alhambra y para el ilustrador son los pájaros del romanticismo, esos que “les llenaban la cabeza”.

Y se también del título, que no es el primero en el que se pensó, pero que es el más adecuado para esta última novela de la saga, al menos de esta saga como se pensó en inicio; la historia de una familia en Granada durante un siglo, que era demasiado larga para contarla en un libro por lo que se pensó en dos y al final se han convertido en  tres.

La saga que comenzó con “Guardianes de la Alhambra” y continuó con “Noches en Bib-Rambla” finaliza, como tal saga, con “El último romántico”, pero se mantiene la idea original de utilizar, en próximas novelas, personajes derivados de la misma.

El editor, no escatimó en piropos a la obra. Identifica los libros como esas criaturas que el escritor gesta en su cabeza, como se gesta un bebe durante 9 meses y que el editor ayuda a traer al mundo como un medico, una matrona o una partera.

Respecto a “El último romántico” defiende que el parto de esta criatura ha sido muy fácil y muy hermoso. Fácil porque ha sido la gestación de una madre que ha cuidado amorosamente de su criatura y hermoso porque en la forma es una novela escrita con mucha agilidad y mucho dominio de la técnica y en el fondo porque es una historia muy interesante que como Granadino el valora aún más.

En este momento Miguel le hizo entrega a Carolina de un ejemplar de “Los cuentos de la Alhambra” que aparece en la bibliografía del último romántico y que fue la primera obra editada por su editorial en el año 1951. Este ejemplar, de la obra ya descatalogada que se reedito en el año 91 para conmemorar el cuarto centenario del descubrimiento de América, es uno de los cuatro que su padre tenía en casa.
Fue este un regalo de gran valor sentimental que emociono a la autora porque esta novela tiene mucho de la autora, de su vida, de sus sentimientos y de su forma de pensar.

Como peculiaridades de la novela, subraya la autora el prologo de la misma por el escritor granadino don Francisco Gil Cavriotto, no es lo habitual que las novelas históricas sean prologadas, pero ocurrió así con las anteriores de la saga y esta no podía ser menos. Y que, en este caso, la última frase de la novela, da la clave para la siguiente.

Fue una gran tarde en la que tras las preguntas de los asistentes, tuvimos la oportunidad de charlar brevemente con la autora y hacernos las fotos de rigor, emplazándonos a comentar la novela una vez la hayamos leído, lo que no tardemos en hacer.
                                                             

miércoles, 5 de diciembre de 2018

Reikiavik.- Pablo Sebastiá Tirado


El pasado martes 27 de Noviembre, de la mano de la Editorial Reino de Cordelia y acompañado por el editor Jesús Egido y la escritora y periodista Teresa Viejo; Pablo Sebastiá, presentó en la librería Le de Madrid su última novela, Reikiavik.

Fué, como pudimos observar, un momento feliz para el autor castellonense que no paró de sonreír, saludar y fotografiarse con todos los asistentes a este acto.

Comenzó la presentación con la intervención de Jesús Egido que presentó el libro encuadrándolo en el género negro o policiaco con toques de ciencia ficción o aproximación científica, incluyendo el ámbito moral que implica el tema de la teleportación.

Teresa, que centró el grueso de la presentación, comenzó agradeciendo su presencia en la mesa.
Refiriéndose a  Jesús, al que conoce hace años, destacó el amor a los libros que se traduce en la cuidada edición de los libros del Reino de Cordelia, libros que la periodista define como libros vivos.

A Pablo le presentó como un hombre completo. Un hombre con una formación inicial en derecho, pero que se ha ido alimentando del periodismo, de la empresa y del mundo editorial, lo que le ha permitido obtener una visión panorámica de la realidad.

Destacó Teresa la intencionalidad del libro, el error de quien se acerque a él con la única intención de entretenerse un rato, porque se perderá lo más interesante, la invitación que la novela hace a la reflexión de donde estamos, donde están nuestros límites, donde están los límites del mundo que estamos dibujando y si todo eso compensa.

Al hablar de los personajes, indicó la autora que lo primero que le sedujo es que en un libro de malos, el malo tuviera resentimientos por no tener valores. A los malos se les presupone esta carencia, y convivimos con ellos en las páginas de las novelas con absoluta naturalidad, pero en esta novela, el protagonista Hannu, no tiene valores, pero los busca afanosamente.

Destacó también que, a pesar de que el autor dice que el protagonista es Hannu, un asesino albino sin escrúpulos en busca de valores, realmente, el protagonista es quien da título al libro “Reikiavik”, un perro con poco instinto animal y un gran instinto humano.
Respecto a los temas que aborda la novela, la define como un libro profundamente filosófico, espiritual e incluso religioso.

Un libro que, además, habla de las tripas más sucias de la sociedad, de las mafias reales que se emulan en la novela, que son muchas y muy feas, o tal vez solo una, pero con unos tentáculos tan largos que se multiplican y terminan invadiendo el propio sistema establecido y legal, en el que todos convivimos.

Y aborda, asimismo, la novela, la ciencia ficción, una ciencia ficción que en nuestros tiempos presentan unos límites difusos con nuestra realidad.

Enfatizó Teresa en el hecho de que los experimentos que Pablo relata en su novela, los que se llevan a cabo en el IGT, un centro de altísima tecnología con Sede en Islandia, probablemente ya se estén llevando a cabo en este momento. Y esto hace que nos planteemos que nos están ocultando, que dejan de contarnos. Se está trabajando en una realidad oculta que conocen los poderes económicos y no solo científicos; que estamos viviendo en este momento que solo puede contarse a través de las páginas de una novela, porque si aparecieran en las páginas de un periódico nadie daría crédito.

Es un libro que habla también de lo que somos los seres humanos, de nuestra alma, de aquello que nos conforma más allá de un puñado de células, piel y músculos. Un alma con referente científico.

Y también en este punto la realidad y la ficción se confunden, pues se refiere la periodista a una noticia compartida por el autor en la que se daba cuenta de las investigaciones del Grupo de Estudios de la Conciencia, un grupo de investigadores de una universidad americana, que ubican el alma en unas tubulaciones dentro de las células cerebrales y que conecta además, trascendiendo la actividad cerebral y neuronal, con una especie de gran conciencia universal que es de lo que está hecho el propio universo.

Terminó su exposición Teresa indicando que esta es una novela corta en páginas y de rápida lectura, pero con un largo recorrido en lo que nos deja, en el corazón y en la cabeza, para meditar lo que es realmente la mente humana, un entramado de valores personal y a la vez compartido con el resto de seres humanos.

Pablo, después de agradecer la asistencia a la presentación a la que se enfrenta emocionado, máxime por la concurrencia en una presentación tan alejada de su tierra, define su novela como “casi religiosa”, una novela sobre el alma humana, una novela sobre como  la tecnología nos va a afectar, no sabemos hasta qué punto.

Se centró, sobretodo en la teleportación, punto de partida de su trama. El autor está convencido de que ésta será una realidad en un espacio más o menos extenso de tiempo, ya que conlleva unas importantes consideraciones biológicas y sobretodo éticas difíciles de abordar.

Por el momento ya existen universidades en las que un átomo que ha sido destruido en el punto A ha sido replicado exactamente, el mismo átomo, en el punto B.

Incluso, el avance  de esta tecnología supone que una universidad de Tenerife haya conseguido la teleportacion a 100 kilómetros de distancia.

Actualmente se está experimentando la teleportacion de un grupo de átomos, y conseguirlo es solo una cuestión de tiempo y dinero. Pero una silla es un objeto; que se destruye en el punto A y se replica, exactamente igual en el B, pero el día que alguien quiera teleportar un perro, este se destruirá en el punto A o lo que es lo mismo, morirá en el punto A y se replicará en el punto B. Pero, ¿será el mismo perro o será una copia?

Y aquí empiezan las implicaciones éticas y religiosas.
Y si se va un paso más allá y hablamos de teleportacion de humanos eso supondría matarlo en el punto A y replicarlo en el B. Se podría viajar en un nanosegundo de Madrid a Nueva York, pero, quien está en Nueva York, ¿será el mismo individuo? Para los demás sí, pero quizá para él no, o a lo mejor sí.

De este escenario actual y real, el autor infiere un futuro a 20 años. Pero es que la ciencia avanza a un ritmo vertiginoso y no solo en Gadgets sino también en áreas como la biotecnología aplicada a la medicina, por ejemplo en lo referido a la creación de órganos artificiales o al rejuvenecimiento de las células.

Hablando de los escenarios principales de la novela el autor nos dibuja una Barcelona sucia e insegura, en la que prima la falta de confianza.

Y una Islandia, alejada de las mentiras que sobre aquel país nos han contado respecto a su quiebra técnica y al encarcelamiento de sus líderes políticos.
Allí sitúa ese gran centro experimental IGT del que no le consta una existencia real, pero que está seguro de que, de existir, tampoco seriamos conocedores.

Pablo definió su novela como una novela negra, una novela de ciencia ficción y también una novela de amor, a los demás y a nosotros mismos. Porque al final, las novelas tienen lo que tiene la propia vida y porque los escritores escriben sobre la vida y sobre los temas que les interesan, en los que se sienten más cómodos.

Y hablaron Teresa y Pablo sobre los valores, sobre su importancia en una sociedad como la nuestra en la que se están perdiendo y hablan sobre todo de la lealtad; la lealtad, en nuestro caso, entre Hannu y Reikiavik, ese Rotweillwer negro que va suelto durante toda la novela (excepto en una escena y por un hecho determinado), una lealtad que se mantiene intacta durante toda la historia.

Y cierro la crónica, de una presentación que finalizó con fotografías y firma de libros, con una sentencia de Teresa:

Los libros dejan de ser del autor para convertirse en el reflejo del lector, y hay tantos libros como circunstancias tenemos los lectores a la hora de leerlos.